“Que digan lo que quieran, ya sabíamos que esto sería criticado. El reglamento no lo prohíbe explícitamente y el club que tenga dinero para pagar este sistema tiene todo el derecho a beneficiarse de él” argumenta Alfonso, que ha usado la metáfora del futbolín para explicar “que es normal levantar un poco la mesa con los brazos para que la pelota avance. Esto en el fútbol no se podía hacer pero ahora ya es una realidad”.
“Cuando el Masquefa juegue a la derecha del banquillo, el campo se inclinará unos grados hacia la izquierda. Así los jugadores correrán en pendiente y serán más efectivos. Los rivales, en cambio, deberán esforzarse más. Y cuando cambiemos de lado, pues se inclinará al revés. Es la ventaja de jugar en casa. El que no se atreva a venir, que no venga”, insistía Manolo Aguado.
Lo que el club aún no tiene claro es la inclinación máxima que se aplicará al terreno. “Como hay un vacío legal, realmente podríamos inclinarlo 90 grados si nos saliera de ahí, aunque es verdad que la experiencia de juego cambiaría enormemente. También sería peligroso para los nuestros porque podrían caer y estamparse contra la red de la portería contraria. De momento apelaremos al sentido común. Supongo que 50 grados de inclinación es correcto, yo qué sé. Todos los jugadores del Masquefa han ido en avión y están acostumbrados a inclinarse. No pasa nada, tampoco nos rasguemos las vestiduras”, ha declarado el técnico 'Arfon'.